Sabemos que al ser una imprenta nuestra utilización del papel es gigaaaaante.
Habiamos estado buscado varias formas de poder aportar con nuestro granito de arena y la acción mas indicada para nosotros, estaba mas cerca de lo que pensabamos...
Junto a nuestros hijos, vivimos en un sector rural en Talagante, por lo que nuestros residuos de frutas y verduras se iba directamente al gallinero de nuestros vecinos.
Entonces, una tarde de Mayo, se nos ocurrió intentar nuestro propio Compost!
Sebastián revisó cual era la mejor forma de compostar (segun nuestra realidad) y la mezcla quedó mas o menos así:
ramas, material cafe (hojas secas, restos de despuntes, papel picado y excedentes de corte),material verde (brotes, podas, pasto), guano (caquita de las gallinas), basura domiciliaria (restos de verduras, frutas, cáscaras de huevo, té, café) y todo esto se repite en dos o tres capas.
Realizamos todo el trabajo sucio, fue un arduo trabajo, cortamos todos los excedentes de papel que nos quedaron del mes y nos hicimos asesorar por un Agrónomo.
Nos motivamos tanto que incluso fuimos a buscar mas verduras a lo que deja la feria.
Debemos mojar, medir la temperatura y dar vuelta cada ciertos dias toooodo el cerro de compost. Pero ha sido una linda actividad familiar.
¿Por qué les cuento toda esta historia? porque hace un par de días, se agotó la reserva de productos naturales que teniamos para utilizar en todo el 2022. Y es nuestra responsabilidad ayudar, movilizarnos y sobre todo intentar compensar todo el daño que hemos hecho durante tantos años.
Te dejo algunas imágenes de lo que para nosotros ha sido no solo una ayuda para el planeta, si nó, una ayuda para el alma.
Marlene